La movilidad geográfica, debido a los modelos de trabajo híbridos, el número de personas mayores relacionado con el aumento de la esperanza de vida y el cambio en los esquemas familiares, entre otras cosas, han generado nuevas necesidades de alojamiento. Según cita el artículo de KPMG, la inversión en el sector inmobiliario en España en 2022 se situó en el entorno de los 16.000 millones de euros, alcanzándose un récord histórico. Y el sector residencial tradicional representó aproximadamente un 19% de dicha cifra y casi un 12% correspondió a inversión en activos alternativos, en su mayoría residencias de estudiantes, ancianos y otras formas de lo que actualmente recibe el nombre genérico de “living”.